Hace años ya escribí sobre Cienfuegos. Contaba que la primera vez que asistí al Festival de Cine de Gijón acabé comiendo al lado de Karel Reisz, director de La mujer del teniente francés y Todo el mundo gana. Le pregunté cómo era Meryl Streep. “Professional”, dijo. —¿Y Debra Winger? —“Mnmnm, complicated”, y sonrió. Un caballero. Junto a él estaba su mujer, Betsy Blair, inolvidable protagonista de Marty. Era demasiado para una joven cinéfila impresionable que estaba allí después de ofrecerle a Cienfuegos una idea alocada que acogió con más dudas que entusiasmo, pero me acreditó y era como estar acreditada en el cielo. Al lado, parloteaba un chico espigado; antes de irse, señaló una película en mi programa de mano y la firmó; era Pi y él, Darren Aronofsky. Habrá ciudades en las que eso sea habitual, pero no lo era en Gijón, ni en Asturias.
Fuente: elpais.com