Aún no se ha cumplido un año desde que Octavi Anoro (Barcelona, 42 años) abandonó las oficinas centrales de LaLiga sin mirar atrás. Tras algo más de ocho temporadas en la que había sido su casa, esa en la que había prosperado desde el puesto de delegado en Japón hasta el de director de negocio internacional de la competición, el catalán sentía que el ciclo se había terminado. “Fue una escuela brutal, pero no me arrepiento de haberme ido ni lo echo de menos”, cuenta a EL PAÍS desde la ciudad más poblada de Tanzania, Dar-es-Salaam, a casi 7.000 kilómetros de Madrid, donde el tráfico y el caos dejan su apartamento a más de una hora y media de la ciudad deportiva del Azam FC, club en el que se acaba de estrenar como director ejecutivo.
Fuente: elpais.com