El refugio atómico nos ha engañado. Aquí no vamos a desvelar cuál es el truco, cuál es el giro en el que se sustenta todo el andamiaje que han montado los guionistas Álex Pina y Esther Martínez Lobato (La casa de papel, Berlín), creadores de la serie que Netflix estrena el 19 de septiembre. Es mejor no saberlo. Ese ingenioso giro es lo mejor de El refugio atómico, y ese es su gran problema. A partir del segundo episodio, cuando se explica el asunto, viene una historia claustrofóbica, un culebrón excesivo y un tanto desquiciado lleno de personajes a los que abofetearías para que espabilen y otros a los que desearías matar. Y todos encerrados en un búnker, así que no queda más remedio que convivir con ellos durante los ocho episodios que dura esta primera temporada. Y decimos primera porque todo queda preparado para que haya una continuación.
Fuente: elpais.com