Un mundo puede caber en un frasco. La metáfora que culmina el poemario de Charles Baudelaire habla del universo de los olores como un recipiente de pensamientos. Un símbolo de la inmensidad que puede encontrarse en objetos pequeños y cotidianos, tales como un perfume. “El recuerdo es el perfume del alma”, relató la también poetisa George Sand, y es que no hay nada como una fragancia para regresar a un momento bello o crucial que se mantiene latente en nuestro interior.
Fuente: elpais.com