Durante décadas, las oficinas bancarias han sido lugares de paso: espacios funcionales, diseñados para resolver gestiones concretas y marcharse. Sin embargo, en un contexto en el que el trabajo, las relaciones profesionales y la forma de hacer comunidad han cambiado de manera profunda, también lo hacen los espacios que habitamos. Hoy, algunos lugares aspiran a ser algo más que un punto de atención. Quieren convertirse en entornos en los que trabajar, conectar y compartir.
Fuente: elpais.com