Hay un festival para cada estilo, y no solo hablamos de música. Podemos bailar con nuestro artista favorito en jardines urbanos, corear los últimos himnos indies frente al mar, sacudirnos hasta el suelo a ritmo de reguetón o perdernos en una rave en el medio del desierto. El mapa de festivales es tan amplio y diverso —se estima que, tan solo en España, la oferta alcanza los 1.000 eventos veraniegos—, que la elección ha trascendido del cartel para convertirse en una experiencia completa: una combinación de música, gastronomía, tecnología, sostenibilidad y diseño. Desde propuestas íntimas a producciones experimentales, todos comparten, sin embargo, un rasgo en común: el afán de pasárselo bien.
Fuente: elpais.com