Hay cosas que solo pueden ocurrir en Navidad. Llamémoslo magia, destino o simplemente, casualidad, pero BIMBA Y LOLA ha acabado protagonizando la campaña más redonda de estas fiestas. La marca arrancaba diciembre repartiendo, literalmente, fortuna: el icónico quiosco madrileño de la Glorieta de Bilbao se transformó en una administración efímera de ‘rasca y gana’, La Fortuna, con el fin de amenizar la espera navideña y premiar a su comunidad. Sin embargo, como la realidad siempre supera al storytelling, la suerte le fue devuelta por duplicado.
Fuente: elpais.com