Una notificación inesperada llegó de parte del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS). “Por medio de la presente, le informamos que, debido a circunstancias imprevistas, hemos tenido que cancelar la entrevista programada para el miércoles 3 de diciembre de 2025 a las 09.50 am”. Zoe, una cubana que lleva cinco años como residente permanente en Nueva York, estaba ultimando los detalles, repasando nombres de congresistas y líderes históricos, y releyendo los deberes y derechos que debe saber quien aspire a convertirse en ciudadano de Estados Unidos. “Yo feliz, porque todo andaba viento en popa, estudiándome a Lincoln, a Washington y a cuanto miembro hay en el Congreso”, dice. Ahora, a través de un correo electrónico, le anunciaban que el camino hacia su naturalización era indefinido. Esa es casi la única garantía —por el momento— en un país empeñado en expulsar a sus migrantes.
Fuente: elpais.com