“Qué breve puede llegar a ser el momento de despegarse de alguien, de algo, de todo. Quedarse, en cambio lleva una vida de pequeñas decisiones que pesan toneladas”, escribe Luciana de Mello (Buenos Aires, 46 años) en Mandinga. Para ella, esta primera novela, que nació como “un cuento de frontera en el taller de Guillermo Saccomanno”, fue un ejercicio de ficción y vida. “La escritura está totalmente ligada a lo que vivo. Y va y viene, es un diálogo constante. Por eso me lleva mucho”, cuenta por videollamada desde Belfast, donde se mudó en 2022. “Me trajeron aquí las ganas de ser extranjera”, reflexiona, “creo que es algo que arrastro familiarmente, moverme de un lugar a otro. Tenía ganas de resetear todo, mi existencia, tener que esforzarme a pensar, ver y sentir desde otro lugar, otra lengua”.
Fuente: elpais.com