Metro-Goldwyn-Mayer fue fundada en 1924. 20th Century Fox, en 1935. Eran dos de los grandes estudios históricos de Hollywood. Todo un emblema. Cuando Amazon y Disney las compraron, en 2019 y 2022 respectivamente, ambas prometieron que todo seguiría igual, que se comprometían a seguir estrenando películas en salas y que las marcas seguirían siendo relevantes. Unos pocos años después, esos membretes ya no significan nada. Los hermanos Warner fundaron su propio estudio en 1923. Y este viernes Netflix ha anunciado que lo comprará por unos 71.200 millones de euros. Las promesas de que las salas sigan vivas y que marcas como HBO tengan vigencia vuelven a estar ahí (las han subrayado en la presentación a los accionistas, de hecho), pero las dudas tienen fundamentos. Porque, por ejemplo, ¿qué sentido tiene mantener HBO Max si va a pisarse con Netflix? ¿Por qué de la noche a la mañana el consejero delegado Ted Sarandos iba a convertirse en un acérrimo defensor del cine en salas?
Fuente: elpais.com