El mundo no está dando a The Morning Show (Apple TV+) la importancia que merece. No existe otra serie en este momento —y es un momento que dura años, estamos hablando de su cuarta temporada— que refleje la crisis del periodismo y la transformación de aquello que entendemos por conciencia colectiva. Nadie está dejando tan claro, y de forma tan didáctica y hasta experiencial —el espectador es un integrante más de la cadena, entiende como nunca en qué consiste tener las manos atadas—, que la idea de una única verdad ha muerto. Con ella también lo ha hecho cualquier posibilidad de credibilidad en unos medios tan dependientes de los reajustes de deuda que cualquier riesgo de no contentar a alguien —tomando partido, es decir, haciendo auténtico periodismo— es inasumible. ¿Que aún no se han atrevido a verla? Háganse un favor y no pierdan el tiempo. Está radiografiando el mundo como si fuese, ella misma, el único periódico que está contando la verdad, o la parte más lamentable de ella.
Fuente: elpais.com