Cuando alguien piensa en gafas inteligentes suele imaginar un dispositivo caro, incómodo y futurista. Quizá incluso le vengan a la mente las Google Glass, que hace una década prometían convertir las gafas en un ordenador de bolsillo capaz de ofrecer realidad aumentada directamente frente a los ojos, sin necesidad de mirar un smartphone.
Fuente: elpais.com