Charles Dubouloz apenas cuenta 36 años, pero el francés es un icono del alpinismo mundial, un especialista de los grandes retos invernales en solitario, un joven que creció devorando literatura de montaña y que sabe muy bien que la muerte prematura aguarda a los mejores alpinistas. El pasado domingo 14 de diciembre, se plantó en la cima del Mont Blanc con ocho kilos menos de peso tras pasar seis días y cinco noches en la pared del Grand Pilier d’Angle, primera gesta de una trilogía que será su despedida, su reverencia. Dejará para siempre el alpinismo de compromiso, igual que lo hizo el inigualable Walter Bonatti: señalado como el Dios del alpinismo, dejó la montaña en 1965 tras abrir una vía soberbia en invierno y sin compañero en la norte del Cervino. Así que esta es su gira particular de despedida: deja atrás una forma de vida y de expresión.
Fuente: elpais.com