El Real Madrid entró en noviembre con una resaca confusa tras el clásico. Y noviembre fue un precipicio. La victoria ante el Barça el 26 de octubre le dejó el chute emocional de ganar por fin después de los insistentes batacazos del curso anterior, pero también las turbulencias del desplante de Vinicius a Xabi Alonso. En ese instante sacaban cinco puntos al equipo de Flick en cabeza de la Liga. El impulso les alcanzó para barrer al Valencia el 1 de noviembre (4-0). Y entonces llegó el apagón: una victoria en cinco partidos, con algunos registros que podrían llevar a sospechar si habían jugado con un futbolista menos.
Fuente: elpais.com