Hay algo en el nuevo Camp Nou que recuerda a Disneylandia. Pero no a la de los catálogos oficiales, con Mickey y Minnie sonriendo como funcionarios en horario de tarde y los superhéroes de Marvel -las nuevas princesas del parque- a medio camino entre la promesa de experiencias inmersivas y la defensa del convenio colectivo. Lo que evoca este nuevo estadio recién estrenado es la Disneylandia que imaginan los niños mucho antes de que sus padres cometan el sacrilegio de organizar la primera visita: un territorio libre de explicaciones racionales, un reino mágico donde las leyes de la física se pliegan a las emociones más puras y donde cada esquina se reserva un milagro dispuesto a explorarte en las orejas de ratón. Ese estado de nueva credulidad, de emoción sin límites, se ha reactivado entre la afición de un modo tan sencillo como accionar el interruptor de las escaleras cuando vuelves a casa.
Fuente: elpais.com