Según T. S. Eliot, “los poetas inmaduros imitan; los poetas maduros roban; los malos estropean lo que roban, y los buenos lo convierten en algo mejor”. El martes pasado Pep Guardiola se sentó en la sala de prensa del Santiago Bernabéu para dejar una frase tan tajante como la de Eliot, pero mucho más escueta: “Que mee con la suya”. Si no fuera porque Robe Iniesta estaba en ese momento a punto de morir, cualquiera diría que el músico se la estaba susurrando al oído, cediéndole a Guardiola un último verso canalla para explicar de un plumazo que al fútbol, como a todo lo demás, solo se puede jugar con las ideas propias.
Fuente: elpais.com